E-MAIL olvidado

 "Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido..." - Neruda.


Aún te pienso, ¿sabes?
Pienso en lo bonita que hubiera sido nuestra boda, llena de aquellas lucecitas en tu hacienda...tú, esperándome en el altar...quizás con lágrimas en los ojos de la emoción, contemplando en cada paso mío, todo nuestro trayecto caminado, de la mano. Y yo, yo vestida de blanco, la más feliz del universo.
Luego, bailando "Close to you" abrazados. Dándote una mordida en el hombro - discretamente- para "marcar" (inserta aquí tu sonrisa) nuestra nueva etapa. Con nuestros amigos, celebrando, riendo, disfrutando...

Mi esposo, tu esposa "hasta que seamos viejitos", ¿recuerdas nuestra promesa?

¿Que qué hago aquí, escribiéndote?
 
Sólo es la nostalgia. Sólo es mi corazón que no ha podido dejar de olvidar mi palabra de lealtad que una vez juré: Quedarme a tu lado en las buenas y en las malas.

Y lloro, porque aquí estoy y aquí sigo.

¿Qué qué hago aquí? Sanando a través de mis palabras, porque, sabes que siempre fue la mejor forma de desahogarme.

Nos hicimos tanto daño, en nuestra inmadurez, en nuestra irónica y paradójica forma de aprender de la vida, que terminamos perdiéndonos a nosotros mismos y matamos el amor que teníamos por delante.

¿Cómo has estado? ¿Qué es de tu vida, amigo?

Hoy, estaríamos a unas horas de cumplir 12 años de relación, mi maestro de vida. Seguramente, en el fondo lo recuerdas...

O seguro ya es simplemente una fecha más para ti.
Porque los recuerdos a veces son eso, como fechas cívicas que recuerdan el trasfondo de una historia trágica o una historia vacía.

Yo creo que aún te extraño.

Aún sigo creyendo, estúpidamente, que tocarás mi puerta para conversar.
Esa puerta que un día cerré para no lastimarnos más, para no repetir ciclos, para comenzar el terrible contacto cero, pero que no te olvida.

Aún sigo creyendo, ilusamente, que volveré a encontrarte en aquel supermercado que nos queda cerca -más a mí que a ti- y que podré sonreírte, no como la última vez... donde el remordimiento, el resentimiento y la tristeza de verte me ganaron.

Sentémonos algún día de lo que nos queda de vida para tomarnos un café y reírnos de nuestras tonterías de juventud, abrazarnos, como en nuestros sueños... hablar de todos los logros que hicimos distanciados... hablar de las personas que nos enseñaron más de la vida.


¿Yo? He estado bien. Gracias por preguntar, gracias por preocuparte.

Hice mil cosas por sanar, por olvidar, por alejarte de mí. Y sí, funcionó, por momentos creía que eso era suficiente. Pero aún te amo.

Te he soñado estos días... en algunos escenarios estabas tú, frente a mí, en otros, solo pasabas de largo, en otros, simplemente veía tu sonrisa a lo lejos y con eso me contentaba. Me alegraba el día sólo pensar que estabas bien y que te vi.

He leído este blog torturándome y aliviando mis sentimientos. Porque, aquí hay mucho que plasmé, en dolor y tristeza... que un día de impulso eliminé.

Es doloroso aún para mí verte en redes sociales... no puedo hacerlo, porque sé que ya continuaste con tu vida, y eso está bien, pero aún siento las heridas a flor de piel...


Tu recuerdo me sigue, no sé por qué. Dicen los más sabios que es normal, que quise mucho, y que puede que un día pase, que un día despierte y ya no esté.

Sigo creyendo que ese día llegará, pero mientras, sólo quiero recordarte.

Feliz 26/06. 

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